noviembre 25, 2023
- En la prueba completa participan Lucero Desrochers con su hija Anna Dávila, del Valle y Mauricio Bermúdez y su hijo Esteban, por Cundinamarca
En el escenario de la prueba completa, un evento deportivo de gran renombre en el ámbito ecuestre, se entreteje una historia que va más allá de la competición. Dos familias, dos historias, convergen en un mismo espacio, compartiendo una pasión que ha trascendido generaciones: el amor por los caballos y el desafío de la prueba completa.
Lucero Desrochers nació en Tumaco, Nariño hace 50 años y su hija Anna, en Quito, Ecuador hace 27 y aquí, vivieron durante cuatro años. Las dos decidieron partir para Winnipeg, en Canadá porque Lucero tiene a toda su familia allá y le ofrecieron trabajar como entrenadora de salto y adiestramiento.
Mientras su hija, Anna, hizo sus estudios de secundaria y luego se profesionalizó como fisioterapeuta equina. Además, realizó una maestría en rehabilitación equina, en España y en los Estados Unidos. En total, las dos estuvieron 16 años en territorio canadiense, porque también vivieron en las ciudades de Calgary y Vancouver, hasta que decidieron regresar a Colombia.
Primero llegaron a Bogotá, pero le hicieron una mejor oferta y desde 2019 se establecieron en Cali, donde Lucero hace lo que le gusta, gracias a que sus padres Catherine y Leo, practicaron el deporte ecuestre.
Lucero, es jinete profesional y un talento para la prueba completa. Tanto así, que por su nivel, fue llamada a la Selección Colombia que estuvo en los Centroamericanos en Santo Domingo y luego fue a los Panamericanos, en Santiago de Chile.
Mientras su hija, practica ésta disciplina como hobby, porque paró un tiempo y ahora volvió a retomar. Además, Anna estuvo como la fisioterapeuta equina en Centroamericanos y Panamericanos, desarrollando su profesión.
Ahora, madre e hija compiten, en sus primeros juegos nacionales con Valle, en la prueba completa, al lado de sus caballos Solaguayre Fugitivo y Piragua del Juncal, buscando su primera medalla.
En la misma competencia y como curiosidad están Mauricio Bermúdez con su hijo Esteban.
El padre tiene 48 años, es abogado y, además, presidente de la Federación Ecuestre de Colombia. Mientras su hijo, de 21, cursa cuarto año de derecho.
Los dos comparten la misma pasión por la prueba completa, al lado de sus caballos Vardags Saratoga y HC Courel.
Mauricio ya estuvo en cuatro Juegos Panamericanos y tiene un récord nacional, que es tricampeón de la prueba completa. Ambos padres con sus respectivos hijos, ayudarán para que la prueba completa se desarrolle y se difunda más en el país.
Porque el objetivo es que Colombia luche por un cupo a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, en la prueba completa.
La competencia es el escenario actual, pero el verdadero legado radica en el compromiso y la dedicación de estas familias, que trascienden la búsqueda de medallas. Son embajadores de una tradición familiar arraigada en el amor por los caballos y la pasión por el deporte ecuestre, un legado que esperan perdure en las generaciones venideras, inspirando a nuevos talentos a seguir sus huellas en el mundo de la equitación.
