noviembre 24, 2023
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A sus 91 años, don Evelio Marín Orozco recuerda que jugó billar desde finales de la década de los cincuenta, en antiguos cafés de Manizales.
Manizales, 25 de noviembre de 2023. Animado por la importancia de los XXII Juegos Nacionales Eje Cafetero 2023, llegó a Expoferias-Manizales a las 10:00 de la mañana, en punto, un apasionado adulto mayor, con toda la vitalidad del mundo y con una pasión y amor tremendos, antes de la jornada matinal del viernes, para presenciar el campeonato de billar.
A sus 91 años, don Evelio Marín Orozco recuerda que jugó billar desde finales de la década de los cincuenta, en antiguos cafés de Manizales, como el Guadalcanal, Adamson, Viejo Polo, Osiris, Nuevo Polo. "Era menor de edad y a veces me llamaban la atención".
La modalidad libre fue la primera experiencia
"Había mesas muy grandes para el pool, pero esa modalidad no me gustó. Cobraban a 2 pesos la jugada original de 50 carambolas, lo que llamaban un chorizo".
Agregó que la serie más grande que ejecutó fue de 15; "como éramos aficionados, salíamos del trabajo a jugar; 10:00 de la noche hasta 1:00 o 2:00 de la madrugada. Y los sábados en la tarde".
Era la época en la cual los tipógrafos, su oficio, se reunían en esta sana diversión, antes de regresar a casa. "Apostábamos el algo, pintado con pan y a veces platica, de uno o dos pesos, o también cerveza", recordó don Evelio con nostalgia.
Casado y con hijos, siempre mantuvo el deseo de disfrutar de tacos y bolas. "Así doña María Celina me regañara por llegar tarde y con las manos untadas de tiza verde, como arena convertida, utilizada para evitar el descache, resbale o golpe en falso en las bolas blancas, verdes o amarillas, con la punta del taco".
Este apasionado hombre recordó, además, que hubo capacitaciones para la actividad. "En esa época había pocos entrenadores, tuvimos un profesor del Sena que conocía mucho y de él aprendíamos detalles y secretos del juego, a perfeccionar el manejo y los movimientos".
A sus 61 años, fue pensionado por el Seguro Social, siendo litógrafo y mantuvo las partidas y la amistad con los maderos que regularmente miden entre 1.40 y 1.45 cms.
"Jugué hasta los 80 años y me retiré por una lesión en las manos y en los hombros. Además, mis más amigos ya murieron", expresó don Evelio con pesar y sentimiento.
En Manizales, contó, hubo gente adinerada que tenía las mesas de billar para jugar en casa. Las importaban de Francia, con las bolas de marfil. “Le compré a un francés que vino a Manizales a un torneo internacional un taquito por 10 pesos y después lo vendí, pero la mayoría de veces la baqueta es facilitada en el café. Otro me lo regaló Walter, uno de mis hijos”.
Don Evelio considera esta disciplina como muy sana. En los Juegos Nacionales está gratamente sorprendido y exalta la organización, el vestuario de los competidores y la calidad del juzgamiento.
Es pura diversión y entretenimiento; "no olvido a 'muñeca', uno de los mejores billaristas que vi en nuestra ciudad".
Amante del café y siempre con una sonrisa, le enseña a sus hijos, nietos y biznietos los secretos del billar, pero por ahora ninguno se anima y están lejos de su Manizales del alma... en Cali, Bogotá, Ibagué, Pereira y hasta en Europa. ¡Algún día será!
