noviembre 14, 2023
Pereira, noviembre 14 de 2023.- La historia de Carlos Eduardo Royero comenzó a escribirse en un salón de clases entre cuadernos y lápices. Allí nació un sueño, una historia que se convertiría en una pasión. Cursando el grado quinto de primaria sostuvo por primera vez en sus manos una raqueta de tenis. Pesaba más de lo que creía, pero a tan corta edad y sin experiencia hizo sus primeros drives.
El talento y la promesa de la nueva generación del tenis colombiano fue descubierta por el profesor Omar Guarín en el colegio Santa Teresita de Valledupar. Lo invitó a ser parte de su club de tenis Los Cortijos.
“A los once años conocí lo que era el tenis, como jugar, como entrenar, yo era feliz cuando sabía que tenía entreno de tenis”. Carlos cambió los controles de videojuegos por raquetas y pelotas, cuando sus amigos salían en el barrio a jugar, él iba a entrenar y hoy ese esfuerzo lo tiene en los Juegos Nacionales representando a Cesar.
En la vida no hay nada que mueva más que el amor, el amor de la familia, el mejor motor para llegar lejos. Su abuelo creyó en el increíble potencial de su nieto, su primer fan y apoyo incondicional, de la misma forma, sus padres, no dudaron en trabajar cada vez más duro para dar a Carlos todo lo que necesitase para cumplir su sueño.
“Al que trabaja duro le llega su recompensa”, recuerda ese consejo, que en 2021 se hizo realidad cuando Jesús Daza, entrenador del club Lions y perteneciente a La Liga de Tenis del Cesar, le daba la bienvenida a la nueva etapa de la carrera deportista de Royero, con lo que vendría un paso gigante para llegar al profesionalismo.
Daza se convirtió en el entrenador de la promesa del tenis en Cesar. Al joven le entregó toda su sabiduría, compromiso y compañía, al punto de convertirlo en un deportista de orden nacional, apuntando incluso en unos años, al nivel ATP.
“Vas a ir a los Juegos Nacionales 2023 y vas a representar a todo el Cesar, estamos contigo”, fueron las palabras que abrieron camino al punto más importante de la corta vida deportiva de Carlos Royero.
Con entrenos de tres y cuatro horas diarias se dio el comienzo a la preparación física y técnica, junto a su compañero José David Campuzano. Ellos serían los dos primeros deportistas en representar su departamento en tenis.
“Queríamos viajar e hicimos hasta lo imposible por llegar a Pereira. Sabíamos que con esto estábamos marcando historia y una pauta para las futuras generaciones, queríamos darles ejemplo a los niños del Cesar y que tuvieran un referente para los próximos juegos”, comenta Jesús Daza.
Para Royero, el sueño se volvió realidad. El orgullo y la emoción se dejaron ver en la primera actuación de la dupla cesarense en el tenis de los Juegos Nacionales. “Solo espero entregar todo de mí y vivir la mejor experiencia; aprender demasiado y, con la ayuda de Dios, pasar a segunda ronda para que nos toque con la dupla colombiana más legendaria, Cabal y Farah; sería una experiencia gratificante”, dijo a manera de sueño, otro más por cumplir.
