noviembre 21, 2023
Pereira, 21 de noviembre de 2023. Cuando se compite siempre hay razones para darlo todo y más. En el caso de Daniel Arleth Gutiérrez, su impulso adicional en las actividades subacuáticas de los Juegos Nacionales es uno solo: la memoria de su padre.
El atleta nacido hace 31 años y representante del Huila, siempre tiene en su mente y corazón a su progenitor. Es una imagen viva en el complejo acuático de la villa olímpica de Pereira, donde busca honrarlo aún más con un podio.
Serio, alto y fuerte, así es Daniel. Sin embargo, hay un tema en su vida que hace poco lo marcó, del que aún no se repone y quizá nunca lo haga. Su padre, Miller Gutiérrez, murió inesperadamente hace cinco meses. Desde entonces, es su ángel.
Vive en la ciudad de Neiva con su mamá Deyanira Chicue, sus abuelos Alfonso y María Helena, y su hermana Isabella. Desde niño le encanta el agua. Inició este proceso a los 12 años y con el pasar del tiempo el amor por las actividades subacuáticas ha sido mayor.
Gracias al trabajo y la pasión con la que entrena, ha logrado estar en muchas competencias a nivel nacional con su selección y la que más recuerda es una Copa Mundo. Allí ganó medalla de bronce en relevos 4x100.
“Fue un mundial interclubes, había representantes de Italia, Venezuela y otras de renombre. Fue muy bonito, muy chévere y me dejó marcado porque logré subirme al podio”, recuerda.
Los Juegos Deportivos Nacionales 2023 han sido todo un reto y una experiencia muy significativa y aunque no ha sido fácil y ni llevadero, lo hace con amor y dedicación.
“No había podido estar en Juegos Nacionales porque siempre había otras prioridades: el estudio, el trabajo. Gracias a Dios se me dio en esta edición porque la empresa en la que trabajo me dio permiso y el entrenador me tuvo en cuenta. Todo, absolutamente todo se dio para estar presente”, dijo.
Daniel estudió administración de empresas en la universidad Minuto de Dios y actualmente trabaja como ejecutivo de cuentas para una multinacional.
Espera seguir creciendo a nivel profesional y no dejar de lado su proceso deportivo.
Con los ojos hechos agua, la nariz roja y un nudo en la garganta, vive la mayor experiencia deportiva a nivel nacional. Hubiese querido que su papá estuviera presente pero sabe, siente y tiene la certeza de que lo acompaña y acompañará por siempre desde el cielo.
